21/7/11

Caminando hacia el paraíso.

No hay motivo para quejarse, camino hacia mi destino de cada día. Voy caminando con los cascos mientras que el único sonido, lo único vivo que parece que existe en ese momento somos yo y la música. Como cada día de estos 53 días, 14 horas, 30 minutos y 20 segundos me dirijo hacia nuestro encuentro que se producirá en breve, me siento como el primer día, con ese pellizco en el estómago y esos primeros nervios a flor de piel. Las ganas de estar contigo en todo este tiempo van aumentando y con ellas, las ganas de ir hacia nuestro banco, posado en la cima de la ciudad, escondido de todos y de todo. Hoy voy mas lenta de lo normal, los pasos son cortos y mis ojos se fijan en todos los detalles del paisaje, veo pájaros hermosos, diversas flores, ríos que rodean la colina y también me doy cuenta de que el sol brilla con toda su fuerza hacia nuestro lugar. Arranco varias flores que tienen un olor raro pero a la vez fresco y con un aspecto bello, entre ellas destaca una rosa grande y esbelta. Justo en el momento que vuelvo a mirar hacia el banco cada vez más cerca de mi. Se oye el sonido del reloj de una iglesia cercana con una melodía religiosa que marca 6 sonidos que destacan de los otros y que son más altos. Esto quiere decir que son las 6, que ya es la hora, veo como él junto en el otro camino también se asoma y ve nuestro banco. Me mira con su mirada que como siempre, es una mirada que no puedo resistir y que hace que mi corazón lata el doble y que hace un nudillo en mi garganta. Prolongado unos segundos después de haberme mostrado su radiosa sonrisa, nos miramos, con la mirada me doy cuenta de lo que quiere y echo a correr riendo hacia el banco al igual que él y los dos llegamos al mismo tiempo. Le doy las flores encontradas por el camino y me abraza con toda su fuerza y yo lo agarro fuerte como si nunca quisiera que me soltara. Y siento su amor, su protección, me regala felicidad en ese tierno abrazo, siento su muestra de amor, siento que ese abrazo significa que estoy a su lado y que lo seguiré estando, siento seguridad. Hoy es otro día feliz, gracias a él.

Y yo, como observadora que soy de todo, un día mas me vuelvo a fijar en el maravilloso paisaje, el cuál, me lleva, como cada día, al paraíso.

3 comentarios:

Carlos dijo...

Maravilloso
Un beso

Mandarina dijo...

Qué bonito :)

Anónimo dijo...

simplemente perfecto todo.
te sigo, me encanta tu blog ♥