La melodía acompaña al movimiento para con él, viajar por el paraíso.

-Plof- se oye cuando Jackeline intenta hacer una pirueta triple, casi lo consigue pero cuando ya iba a terminarla, descolocó el giro de cabeza e hizo que su equilibrio cayera, pero no por ello, no podría volver a mirarse en el espejo de aquella clase de danza donde se incorporaba cada sábado cualquiera, como el de hoy. Necesitaba cuanto antes realizar una pirueta triple, era su objetivo para poder terminar su baile, el más deseado y al que por fin le habían dado la oportunidad de hacer, disfrutar, de viajar con la melodía y sentirla hasta lo mas profundo de su alma, de su débil corazón.

Y después de su primera caída de la noche, también empezó a caer su primera lágrima de sus grandes y verdosos ojos que apasionaban a todos los chicos de la ciudad. Pero aún así, secándose sus lágrimas de desesperación y auxilio, se levantó con fuerza, mirándose en los miles de espejos para verse mas fuerte que nunca, observó su dulce mirada rota de cansancio pero a la vez iluminada. Relajó sus brazos y piernas que estaban llenos de rajuños hechos por ella misma, huella de las primeras noches de clase de sábado.

-Jackeline va a triunfar- pronunció mientras se preparaba para hacer su triple pirueta, con la que triunfaría toda su vida.

La melodía acompaña al movimiento para con él, viajar por el paraíso.